lunes, 5 de marzo de 2012

sin valer redundancia

luego de una mala noche Julian se despertó un poco mareado, se sentía casi tan cansado como cuando se acostó, le tomo varios minutos darse cuenta en donde estaba y en recordar lo que sucedió la noche anterior. el sol ya se filtraba por la cortina, casi parecía que la ventana estaba totalmente alineada con el sol naciente.
el televisor estaba prendido, pasaban un show matutino tan poco interesante que se dio cuenta que ese no era su cuarto. las cuatro paredes y el piso se parecían, pero lo que lo delataba era orden. no le había importado hasta que salio una joven del baño usando solo una tanga negra con bordes rojos, era casi mas hermosa que como la recordaba, le había impresionado mucho que ella hubiera aceptado ir a su casa luego de la fiesta. supo que era un momento que iba a recordar toda su vida. se arrepintió por unos segundo luego que cerro los ojos y pretendió estar dormido, pero cuando ella se acostó a su lado y lo abrazo el arrepentimiento desapareció al instante. estaba tan cómodo que se volvió a dormir.
el sol continuo su metódico ascenso por el cielo del valle, cada vez alejándose mas de la ventana de la habitación.
cuando volvió a despertar, de ella solo quedaba el olor en las sabanas, el recuerdo en su cabeza y una nota que decía "yo te llamo, gracias por todo, Eva"
se demoro menos de lo que pensaba en ordenar el cuarto de su hermano, aunque hubiera dormido allí con Eva esa noche, estaba impecable comparado con el suyo, por eso la llevo allí.

era domingo, y luego de ordenar la habitación no le quedo mucho mas para hacer, su hermano no iba a volver hasta dentro de una semana, lo que significaba que estaba solo en el apartamento y sin nada que hacer, aunque tampoco tenia ánimos para nada.
ese fue un domingo con puro sabor a domingo, un estado ambiguo y efímero, donde nada realmente importa.

quizás el teléfono siempre estuvo apagado.

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